Carta enviada a "El Periódico" y a "La Vanguardia" en Septiembre de 2009 y al parecer no publicada
Leyendo, prestando atención y fabulando he llegado a una conclusión que me gustaría que corroborara algún científico serio.
Según he leído en el pedaleo intervienen los músculos que extienden la cadera (glúteo e isquiotibiales) y sobre todo los que extienden la rodilla (cuádriceps) y en menor medida los extensores del pie (gemelo y sóleo).
Lo que nadie había observado hasta ahora es que con ese movimiento de extensión y flexión se liberaba una sustancia que he optado por llamar ciclodaltonina y que es absorbida por los vasos sanguíneos llegando al cerebro.
En él la ciclodaltonina produce un efecto temporal de Daltonismo (imposibilidad de distinguir los colores - discomatropsia).
El Daltonismo que ocasiona la ciclodaltonina es quasi exclusivamente entre los colores verde y rojo. A esta conclusión he llegado al observar la cantidad de ciclistas que en las calles de la ciudad hacen caso omiso del semáforo.
No puedo creer que sea por negligencia, y por eso busqué la posible causa en una disfunción psicomotriz que imputo a la ciclodaltonina.
Otros factores agravan la disfunción, como son que el ciclista en ciudad no sabe muy bien si es un peatón, un conductor al pasar continuamente de calzadas a aceras, de carriles bici a carriles bus, de aceras menores de 3 metros de ancho a carriles bici que van en sentido contrario al que él desea ir.
Fuera de la ciudad no se ha descrito esa alteración, puede ser por que no haya semáforos.
Creo que sería bueno que a los usuarios de la bicicleta, para corregir esta anomalía temporal se les explicara que, aunque no puedan distinguir el color del semáforo, miren qué luz está encendida. Si es la inferior, se puede pasar y si es la superior no.
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