Ayer visita a Marineland con mi
mujer, mi hijo y mis cuñados. El precio no es barato, pero bueno un día es un
día. Bastante lleno, no se si por la crisis que hace que los nacionales no se
vayan al Caribe o por la plaga de Medusas es la playa fruto del intenso calor
de estos días. Pero faltaba que el día se estropeara. Mi hijo me convenció para
tirarme de una de esas fabulosas atracciones toboganiles en las que inviertes
una media hora de cola para un escasos 30 segundos de bajada. Al inicio de la
ascensión un amable joven con camiseta amarilla y pantalón corto rojo, con un
artilugio de metal parecido a una "T" y con el título de
"lifeguard" (mucha tele) me llama la atención con unos "eh,
eh" y dirigiéndose a mí, me dice: "Habla español" y le contesto,
si, y también catalán. Es que no puede usar la atracción con ese calzado que
lleva. Le indico que son unos escarpines, calzado especial para deportes acuáticos
y náuticos y que los uso por problemas de plata el pie en terrenos con
rugosidades debido entre otras cosas a mi diabetes y una hipersensibilidad en
esa zona. (De las demás zonas hipersensibles de mi cuerpo, preferí no
pronunciarme) , además el camino hasta el inicio del tobogán está lleno de agua
y con el pie descalzo se resbala (lo pude comprobar luego al subir sin calzado
en varias ocasiones en la que no me abrí la cabeza ni las rodillas por puro
milagro). Me dijo el joven que entendía que ese calzado no eran unas vulgares
chancletas pero que él obedecía órdenes. Entonces le pregunté si era lógico que
se prohibiera eso y no se dijera nada a las decenas de adultos con cámaras
tanto de fotografía como de video y con gafas de ver y de sol que había en las
piscinas de los niños inmortalizando a sus retoños y, que en el caso de caerles
a la piscina el cristal de esos utensilios podía provocar más accidentes que
mis humildes escarpines. El utensilio en forma de “T” es para medir la altura
mínima para que un niño acceda al tobogán en cuestión, no le mencioné que un
compañero suyo dejó pasar a algunos niños bastante más bajitos que el mínimo
exigido sin ningún miramiento en un rato que estuve admirando lo simples que
somos los humanos.
No contento con la explicación fui
a hablar con un responsable en la oficina del parque, le explique lo mismo y la
respuesta fue que lo hacían por mi propia seguridad, para que ninguno de los
escarpines se enganchase con partes del tobogán y tuviera un accidente grave.
Ahí mi respuesta fue que los escarpines no tenían casi ninguna zona susceptible
de engancharse a diferencia del bañador que si se engancha sí que podía causarme
un dolor insufrible en función de la zona enganchada y de las parte sueltas de
mi anatomía. Obvié decirle que el tobogán que íbamos a usar es uno que no es de
tubo, es el “Crazy Race” hecho de un material mullido y sin partes duras con
aristas o enganches. Le expliqué lo de los señores con cámaras y gafas… y la
respuesta fue. “ya se guardarán ellos de que no se les caigan a la piscina”
como si a la gente se les cayeran las cámaras a la piscina por ganas. En vista
de que no iba a hacer nada con la protesta le dije, ya veo que no voy a
conseguir nada así, hay otros foros en los que, como mínimo me leerán.
Pero lo más “divertido” fue a la
salida. El parque es tan fiel a su idiosincrasia que para salir a las 18 horas,
hora de cierre del parque, había una cola para salir impresionante (casi peor
que para los toboganes) y es que pretendían que todos los usuarios pasaran por
esas puertas de salida rotatorias de un solo sentido de uno en uno. Al final
una empleada “iluminada” abrió una puerta adyacente a las de salida que era la
salida de emergencia. Y digo abrió, porque la salida de emergencia estaba “cerrada”
con un candado, algo que no creo sea muy “legal”. No es la única salida de
emergencia del parque pero no me extrañaría (y aquí estoy suponiendo) que para
que no se cuele gente del exterior las tienen con candado.
Por lo demás el parque bastante
bien, recomiendo su uso, si no utilizáis escarpines, si le hacéis fotos o
videos a vuestros hijos con cámaras fuera del agua, si no os bañáis con las
rayban o la D&G, si os traéis la comida de casa, si os salís 15 minutos
antes de las 18, si no os importa hacer colas para los toboganes, si os da lo
mismo pagar 3 euros por hamaca, u 8 euros por el alquiler de un flotador que os
garantice menos cola en los toboganes en los que se usa flotador, si no os
duele pagar 6 euros por un bote con “bebida” y con forma de “pingüino” (eso dicen
ellos) mientras veis a los leones marinos o a los delfines. Yo seguro que
repito, por lo menos mientras a mi hijo le guste bajar por toboganes de agua.