He estado unos días en el hospital por una infección. Por desgracia tenía pocas cosas que hacer puesto que no podía moverme con facilidad y no estaba cómodo con el portátil por lo que me he dedicado a dormir, a dejarme pinchar por todo el cuerpo innumerables inyecciones, tomar pastillas, comer deliciosos platos del menú del hospital, y ver lo menos posible la televisión.
Me he dado cuenta de que si se enciende la televisión es complicado no ver un programa de cotilleo. Me he dedicado a ponerme al día de ese submundo de la llamada prensa del corazón o amarillista…
Por un lado la impresión que me ha dado es de una retroalimentación entre los programas que es increíble. Se entrevista a alguien que sale por que habla de otro que habló en su momento de un tercero, que se acostó con alguien que había salido en un programa de la misma cadena que podía ser uno de esos en los que conviven en una casa, o un torero que hace años que no ve un toro, o alguien que consume substancias X…
Pero lo que cada vez me sorprende más es el fenómeno Ubrique. No voy a relatar todos los personajes que revolotean alrededor de esa familia, ni los que se van añadiendo. Al igual con Pantoja, Familia de la Durcal, de la Jurado etc.
¿Por qué no se entrevista a la cigüeña que llevó a la hija de Belén Esteban y el Jesulín desde Paris a Ubrique?
Otro día os hablaré de las teletiendas, los concursos nocturnos, etc. No tienen desperdicio.
La tele es cada vez más un espejo de la realidad en la que vivimos, yo creo que lo que se propone en Matrix no iba desencaminado.
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