Estos días nos están informando de que en el metro de Barcelona (sería bueno utilizar “metro del Barcelonés” o algo análogo, comarca, porque no solo da servicio a la ciudad condal) los Mossos d’Esquadra y los policías municipales aumentarán su presencia para intentar disminuir el número de robos de los carteristas. Bien, señores políticos, supongo que alguno de ustedes antes de ir en coche oficial o de dedicarse a esto, fueron sencillos estudiantes con padres anónimos y usaron el metro (bueno Oriol Pujol y Ferrusola ya debía ir en coche oficial a la guardería). Yo llevo usando el metro desde hace más de 35 años y ya había carteristas, si bien es cierto que antes eran “profesionales” ahora se han convertido en más chapuceros. Son pequeñas mafias que actúan en grupo y son violentos si les desenmascaras. Si el problema es tan antiguo la solución no es poner más vigilancia, por que el usuario habitual del metro llega a conocer a alguno de los grupos y, por miedo o por lo de no meterse en lo que no nos atañe, no alzamos la voz de alerta, excepto en algún honorable caso. La solución pasa por el código penal. Si no se puede hacer nada por la pequeña cuantía del robo, basta con ir sumando las cantidades que una persona “trinca” y cuando se llegue a cuantías que sean delito, o por reiteración de faltas se le juzgue penalmente, pero con penas largas en función de las cuantías, reiteraciones y reincidencias. En los casos de extranjeros además, expulsarlos. Eso es como cuando un jugador de futbol hace faltas reiteradas pero leves, el reglamento indica que hay que mostrarle una tarjeta amarilla y con dos tarjetas amarillas, se le expulsa, y cuando suma varias tarjetas a lo largo del campeonato se pierde un partido entero… en básquet pasa lo mismo con las faltas personales, a las 5 a la calle (en EEUU a las 6, por el cambio horario supongo), en balonmano hay expulsiones temporales pero a las tres se expulsa para todo el partido, futbol sala… Solo hay bula en moto GP a Simoncelli y a F1 a Hamilton. En futbol la bula es por San José, también llamado Pepe. Pues eso señores políticos, déjense de poner más policías en el metro y legislen mejor.
Este Blog estaba antes en el servidor del Diario Qué pero por diferentes motivos lo he trasladado a esta nueva ubicación
domingo, 24 de julio de 2011
sábado, 23 de julio de 2011
Atentado en Noruega (Publicado el 3/8/11 pero escrito el 23/7/11)
Todos aquellos analistas que se han extrañado de que un ciudadano noruego causara una matanza tan atroz contra sus propios compatriotas y que eran de su misma religión aduciendo una pretendida inminente intrusión de los musulmanes en los países tradicionalmente cristianos son aquellos que nos han explicado que la crisis ha sido culpa de los bancos con sus especulaciones y sus inversiones en fondos de dudoso recobro y que lo han solucionado expoliando a la población de nuestros impuestos para rescatar a esos mismos bancos con la falsa pretensión que eso ayude a los ciudadanos. Es decir le dan el dinero público a los mismos que lo han mal invertido en el pasado. Son casos análogos, solo que el asesino noruego no tenía accionistas importantes.
viernes, 22 de julio de 2011
Annus Horribilis (2) (Publicado el 3/8/11 pero escrito el 22/7/11)
Como ya os conté en un post anterior, este ha sido un año complicado para mí. No hablo de año natural, si no a los últimos doce meses poco más o menos. Con mi último episodio de ingreso hospitalario (en julio por una neumonía vírica con inicio complicado) y el proceso ocular (otra vez deben inyectarme líquido en el ojo izquierdo y hacerme cuatro sesiones de laser en el derecho) , he tomado una decisión difícil pero necesaria y, en un principio, altruista. Voy a fundar la ONG “Pisando mierda sin fronteras”. Con ella intentaré ayudar a todos aquellos seres humanos que, por una u otra razón, encadenan situaciones negativas, lo que antaño se denominaban “gafes” y ahora calificaremos como “Personas Receptoras de Influencias Negativas Generadas por una Ausencia Ostensible de Suerte “PRINGAOS”. Como existen estudios al respecto, no es habitual que haya más de un “Pringao” por barrio y eso me obliga moralmente a ofrecer mis servicios a la comunidad y a unir a esos “pringaos” en la ONG antes citada. ¿Cuál será la función? Pues evidente, aglutinar toda la mala suerte del entorno en un solo individuo, preservando a los demás miembros de la colectividad de malas influencias o cualquier fatalidad. Se beneficiarían la Seguridad Social, las empresas, las comunidades de vecinos, los establecimientos públicos… El “Pringao” actuaría como secante de las malas vibraciones y salvaguardando a los demás ciudadanos de ellas. Así que, contactar con “Pisando mierda sin fronteras” y vuestro entorno será más feliz.
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