Mucho se ha dicho estos días sobre el premio otorgado al Rey de España por la Fundación FAES.
En primer lugar, meditar sobre dicha fundación presidida por el expresidente del gobierno español José María Aznar. Según se dice, es el laboratorio de ideas del PP (malos augurios si juntamos las palabras “ideas” y“Aznar”). Por otro lado, cada vez que leo FAES, me acuerdo de GAES, empresa que se dedica a la fabricación de audífonos, supongo que para los componentes de la FAES que siempre han hecho oídos sordos al clamor popular (popular de pueblo no de partido), véase manifestaciones contra la guerra…
Por otro lado, premios al Rey. No se si el Rey, debe permanecer neutral yendo a todos los actos de todos los partidos o no yendo a ninguno. Pero según mi modesta opinión es difícil que el Rey vaya a todos los actos al que le inviten todos los partidos políticos, puesto que alguno igual no lo invita nunca, como podrían ser algunos partidos abertzales o republicanos. El premio concedido por la FAES es el de la Libertad por su compromiso firme y eficaz en la reconciliación de los españoles, su papel en la Transición española y por difundir los valores de democráticos y de libertad en todo el mundo. Pues bien, yo de Esquerra Republicana de Catalunya, le concedería al Rey el premio al ciudadano español que más ha contribuido en el auge del republicanismo en nuestro estado.
No soy monárquico, ni como algunos snobs modernos a los que no les gusta ese término, por anacrónico, y se declaran juancarlistas. No creo que nadie, por ser hijo de alguien, deba tener un puesto de por vida en nuestra sociedad y pagado por todos. No hablo de los empresarios y sus hijos, puesto que son entidades privadas y a priori no usan el dinero de nuestros impuestos, además los hijos pueden llegar a perderlo todo si no saben gestionar la empresa paterna.
La verdad de pequeño si era monárquico, pero solo un día al año, el 6 de enero.